Audelco

Información y formación en PRL por la cadena de mando

Un asunto que tiene gran relevancia en los sistemas de gestión de seguridad y salud, es la participación de mandos y responsables en la información y formación en PRL de los trabajadores.

En las auditorías reglamentarias o legales de PRL u OHSAS 18001, nos encontramos con toda la horquilla de posibilidades: desde empresas en las que los mandos y responsables no participan nunca como ponentes en actividades formativas e informativas en materia de PRL, a aquellas en las que los mandos no solo informan habitualmente al personal a su cargo sobre asuntos de PRL, sino que además participan de un modo muy significativo en la formación en el puesto de trabajo.

En un proceso de auditoría de PRL, el primer aspecto que se puede plantear es: ¿pueden los mandos informar y formar en PRL a sus trabajadores?. Aquí debemos tener en cuenta lo que indican la Ley 31/95 de PRL y el RD 39/97 Reglamento de los Servicios de Prevención. Ambas normas determinan que el trabajador debe ser informado y formado, y establecen (en el RD 39/97) los niveles de formación de nivel básico, intermedio y superior en relación con la persona que realiza la información y formación en PRL del trabajador.

Sin entrar por ahora en más detalle en relación con el punto anterior, podemos decir que el trabajador debe recibir la información y formación en PRL inicial de su puesto de trabajo por parte de un técnico de PRL, bien del servicio de prevención propio o ajeno; pero una vez recibida: ¿qué pasa con el resto de información y formación en PRL en su vida laboral?.

Volviendo al art.19 de la Ley 31/95 de PRL, indica que la formación deberá repetirse “cuando sea necesario”. La realidad es que, cuando una empresa no tiene articulado un sistema por el cual mandos y responsables participen en la información y formación de PRL de los trabajadores, en ocasiones pasan años desde que el trabajador recibe la información y formación en PRL inicial, hasta que alguien les vuelve a hablar de seguridad y salud.

Esto es un hecho constatado en múltiples auditorías reglamentarias o legales de PRL u OHSAS 18001. Los motivos son múltiples: desde la dispersión de centros de trabajo y la dificultad de que el ponente “especializado” acuda al centro, hasta problemas relacionados con la masa crítica (mínimo número de personal a formar para organizar un curso), pasando por los problemas relacionados con los horarios de trabajo (turnos, vacaciones, ausencias) que dificultan la organización de cursos de formación.

Ninguno de estos problemas existe cuando los mandos y responsables participan en las actividades informativas y formativas. En esos casos, el modelo suele estar basado en “pequeñas dosis”: el trabajador recibe, por ejemplo, información y formación en PRL por su mando o responsable en 10 ocasiones a lo largo del año, cada una con una duración de media hora.

En lo que a motivación al comportamiento seguro, en cuanto a eficacia y eficiencia ¿qué resulta más útil?: ¿10 sesiones de media hora repartidas a lo largo del año realizadas por el mando, o un curso de 5 horas al año impartido por un especialista? (con el añadido de que muchas veces el pretendido curso de 5 h no llega a impartirse por los motivos antes aludidos).

En los procesos de auditoría lógicamente constatamos que, en caso de aplicar estas técnicas de comunicación por parte de mandos y responsables, las empresas adoptan generalmente medidas de control y organización adecuadas:

 

¿Qué decir en cuanto a integración de la prevención? ¿Es posible para un mando o responsable informar y formar periódicamente sobre PRL al personal a su cargo, y luego actuar de una forma contraria a la seguridad y salud? ¿Podría implantarse un escenario así en cualquier organización? Y por poner un ejemplo relacionado con el ámbito familiar: quién debe concienciar preferentemente a nuestros hijos sobre seguridad vial ¿nosotros o la guardia civil?

Llevamos años realizando auditorías reglamentarias o legales de PRL u OHSAS 18001 y sí, sí hay una gran diferencia entre unas empresas y otras en este asunto.

Las empresas que tienen implantadas estas técnicas (llamadas en ocasiones charlas de seguridad, briefings, reuniones de grupo, etc.) son empresas que sin duda suelen tener una mejor cultura de seguridad, una mayor integración de la prevención, una mayor eficacia del sistema de gestión de la PRL, y por todo ello, menores accidentes, que aquellas empresas en las que toda la información y formación en PRL es solo realizada por técnicos de PRL, lo que implica en muchos casos que los trabajadores cuenten solo con la información y formación inicial durante un tiempo excesivamente largo, y si tienen suerte, reciban formaciones complementarias, cuando aplica, el curso sea viable, y ese día no estén en otro turno, de vacaciones o enfermos.

 

Elías Parga Landa – Director de Auditoría

AUDELCO auditoría y certificación, s.a.

Salir de la versión móvil